
“No vamos a dar un pie atrás,
hace años defendimos nuestro territorio, de la invasión peruana, ahora será lo
mismo, queremos que se vaya la empresa, la gente que vendió sus tierras fue
engañada y perjudicada, no vamos a seguir permitiendo que nos pisoteen nuestros
derechos; exigimos que vengan los representantes del Medio Ambiente y
evidencien todo el daño ambiental que hay en ésta zona”, indicó Julio Ramón
otro de los afectados.
Otro es el caso de Rosario
Sánchez, ella vive en San Marcos desde los primeros años de colonización de
parroquia Tundayme y menciona que para el 2006, vendió parte de su finca a la
Empresa, bajo el engaño de que sería reubicada en un sector fuera del proyecto
minero, “lo hicimos a bajo precio pensando que se iba cumplir con estos
ofrecimientos, pero han pasado 8 años y todo ha sido una mentira”. Además
asegura que si la empresa quiere comprarles, nadie les venderá sus tierras, por
que desconfían de la transnacional.
A su vez los habitantes dicen
estar indignados por la forma en que realizan la actividad minera, por ejemplo
aducen que el material de la capilla y escuela derrumbada la semana pasada,
fueron esparcidos sin ninguna precaución en las riveras de la vía y cerca del
río, razón por la cual se sienten contrariados por el trato que la mencionada transnacional
le da a la naturaleza, que le miente a la opinión nacional con su slogan un “trato
justo”.
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